En tus manos están mis tiempos

Hay momentos donde la desesperación, el temor y la confusión quieren ganarme la batalla. Por dentro siento que me rompo a gritos y es ahí cuando Dios viene y me calma y me trae de nuevo a la quietud. 
Me siento literal como chiquita berrinchosa en el supermercado que no le dan lo que quiere y es justo  donde vivo mi relación con Dios verdaderamente como la de un buen Padre y cuando el me toma en sus brazos y me calma entonces ya le pido de nuevo lo que necesito y le hago reclamos de hija a Padre....
Entonces me acuerdo que un buen Padre solo quiere darle cosas buenas a un hijo y se las da cuando es apropiado y no le van a causar un daño.
El tiempo de la espera desespera a veces y hasta más de lo que uno gusta pero en fin...toca...porque es ahí donde Dios trabaja. 
 Dios te pido cumplas tu propósito en mi, que yo te ame por quien Tu eres y no por lo que tu me das aunque   también te pido que me concedas los pedidos que ya te he hecho y también por quien lee esto que le ayudes a esperar. Danos fuerza para esperar con paciencia y no desmayar para poder así ver lo que tanto anhelamos. Amén.

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